La Boda de Maria & Gabi
¡Y por fin llegó el gran día!, la boda en el castillo de Santa Pola
Gabi y María son los protagonistas de esta historia. Una historia de amor única que ha entrelazado sus vidas.
Bastó una simple mirada entre los dos, para que surgiera la chispa. Esa chispa que les hizo estar totalmente seguros que, como suele decirse, estaban hechos el uno para el otro.
Esa mirada se produjo en verano del año 2008. Y no, no fue sólo un amor de verano. Ese primer verano, se convirtió en otoño, luego en invierno, después en primavera y, por último, volvió a ser de nuevo verano. Y así, ya han pasado 11 veranos en los que Gabriel y María han compartido sus vidas y sus sueños.
Además, desde aquel verano, se podía ver, de forma cristalina, que se respetaban , que se cuidaban mutuamente y que se protegían. En definitiva, que se amaban. Era AMOR con mayúsculas.
Dicen que el azar no existe, y que cuando dos personas se aman, ni terremotos ni tempestades podrán mantenerlos separados. Y es cierto, y como muestra basta con darse cuenta de que ese gran día, como no podía ser de otra forma, coincidía con el aniversario de ese verano de 2008.
Es a partir de aquí donde yo empiezo a mostrar el día tan maravilloso que vivieron y nos hicieron vivir a todos los que los acompañábamos. Eran las 11 de la mañana cuando llegaba a la casa de un Gabriel lleno de nervios y emoción y siempre rodeado de familia.
Cuando llegué a casa de María, todavía estaba en camisón, el tiempo nos apretaba, pero ella lo tenía todo controlado, “A la una y cinco estaré entrando a la ceremonia, no te preocupes” me dijo con esa sonrisa tan especial en ella.
Boda en el castillo de Santa Pola
La ceremonia fue, ante todo, emotiva. Gabi, esperaba junto a su madre, a su futura esposa, la cual entró al Baluarte del Duque con la voz a capela de una de sus mejores amigas. La emoción podía saborearse en el aire que les envolvía, generando una luz a su alrededor que pudo ser contemplada por todas las personas que quisimos compartir ese momento clave de sus vidas con ellos.
Con la batuta en la mano de una de las personas más cercanas a Gabriel y María, los novios pudieron escuchar dulces palabras de cariño y amistad de sus allegados. Palabras llenas de emoción, donde, entre otros, la pequeña Carmen no pudo contener sus lágrimas dirigiéndose a los novios.
Tras los esperados “Sí Quiero” la ceremonia terminó, y llegó el momento de compartir sonrisas y abrazos sentados alrededor de una mesa. Y ¿quién nos iba a decir que, entre bailes y risas, sería Gabriel el encargado, siempre junto a María, de darnos la bienvenida al gran banquete en el Restaurante Varadero.
Después, llegó ese momento mágico más si cabe para Gabriel y María, que no pudo faltar en esta celebración: el baile. Gabriel y María bailaron, como muchas otras veces, pero esta vez de una manera mucho más especial. Bailaron juntos, en todos los sentidos, bailaron por y para ellos, bailaron para seguir bailando toda su vida. Pero este, no iba a ser el único baile de esta boda…
Boda en el castillo de Santa Pola
Hubo tiempo para las sorpresas, para los ramos, para los reencuentros, para las risas, para las sorpresas y para la amistad… Hubo tiempo para que todo el mundo participara en ese día tan especial.
Y, a partir de ese momento, la vida que María y Gabriel que habían construido durante 11 años, evolucionó, dio un paso más allá, ya han dejado de ser novios para ser marido y mujer.