Boda Civil en Castilla la Mancha
Juanma y Fran
Y por fin llegó el día. El día de dejar atrás los nervios y el cansancio para disfrutar de la gran fiesta.
Se intentó hacer una siesta, pero duró poco más de unos minutos, demasiada emoción y adrenalina contenida. Juanma y Fran se miraron, sonrieron y adelante! Una buena ducha para despejarse, perfume, y piezas de ropa que montarían el puzzle de sus sueños. Una prenda y otra después y otra aún más. ¡Madre mía, cuanta ropa para una boda en Agosto! Ya sudaban de pensarlo…
Una parte de la familia se asomaba bastante más nerviosa que los protagonistas, retoques, detalles, chalecos, nudos, flores y gemelos… Perfectos!
Justo antes de salir de la habitación, Fran cogió el guión de la boda para poder leer y seguir cada uno de los puntos de la ceremonia; lo enrolló y lo sujetó en la mano como si fuese un diploma, orgulloso y con su flamante porte desfiló hacia la fantástica bodega( Pago del Vicario), donde les esperaba un bullicio de sonrisas y miradas cómplices.
-¡Uf, que calor!
-Venga hombre que dentro seguro se estará más fresquito.
Juanma caminaba rodeado de la cuarta generación de su familia, tan pequeños e increíblemente ordenados y felices, qué mejores ángeles podrían acompañarlo en ese día tan especial de su vida.
Sonó la primera canción: I have a dream de Abba y supo que era el momento de bajar, donde todo el mundo estaba preparado. Siguiendo a los pequeños empezó a caminar por la pasarela superior. Tras un breve paseo y una escalera de caracol, Juanma, concentrado en los pequeños para estar tranquilo, avanzó entre los amigos y familiares, los cuales le dieron la bienvenida con un fuerte aplauso, muy emocionados y despertando las primeras lágrimas de emoción en sus ojos.
La música volvió a sonar, esta vez A Thousand years . Desde la parte exterior, Fran no escuchaba bien la canción, pero a los pocos segundos se percató de que era su gran momento. Cogió a sus padres, nadie mejor podría acompañarlo en el día más feliz para los tres, y empezó a caminar. Cada peldaño de cristal, cada paso, le acercaba, un poco más, a su futuro marido, la persona que por una casualidad conoció y que hoy la elegiría para pasar el resto de su vida juntos. Al llegar a su lado, otro fuerte aplauso les hizo emocionar al máximo.
Música de fondo, unas lecturas sobre el matrimonio, la amistad, el amor, el respeto… para que todos reflexionemos. Alguna que otra broma provocada por los nervios, una sonrisa, un guiño y un cuento El Amor y la Locura de Mario Benedetti, para alegrar los corazones.
Un intercambio de rosas, como primer regalo y símbolo del amor, para recordar en los momentos futuros, alguna lágrima, muchas sonrisas, los votos matrimoniales y un árbol. El ciprés, sempervirens, plantado entre los dos, para consolidar su amor, por sus fuertes raíces y su gran longevidad y por su significado de bienvenida a todas aquellas personas que nos visitan. Todo ello hizo que la ceremonia fuese muy especial para ellos y para todos los invitados. Que mejor manera de celebrarlo con una fantástica Marcha Triunfal de Aida de Verdi y un brindis con la gran familia que nació en ese momento llegados de todas partes.
Juanma se sorprendió que los invitados no salían de la bodega, y se preguntó el por qué, ya que fuera les esperaba a todos el cocktail. Y pronto supo lo que Fran ya se esperaba. Todos los invitados formaron una larga fila para poder saludar y felicitar personalmente a los novios. Ambos se dieron cuenta que ya flotaban, y es que los nervios ya no estaban allí. Lo más difícil había pasado y ahora tocaba disfrutar. Disfrutar de su día, de sus amigos, de sus familias, aquellas personas tan especiales que habían recorrido tantos kilómetros para compartir éste momento juntos.
Hablaron y rieron, besos, bebieron y comieron, besos, una foto por allí, besos, un selfie por allá, cuando se dieron cuenta ya era la hora de pasar a la cena.
Boda Civil en Castilla la Mancha
Todos los invitados ya habían pasado al jardín y estaban ya en sus mesas, iluminadas con la luz de las velas y perfumadas, cuando empezó a sonar Bienvenidos de Miguel Ríos, A tope! Sorpresa! Y bailando! Los novios cogidos de la mano entraron corriendo, saludando, saltando y cantando al son del estribillo de la canción.
Se recorrieron casi todas las mesas, chocando las manos de los invitados hasta que llegaron a la mesa presidencial, donde los padrinos les estaban ya esperando. ¡Ganas de fiesta!
Empezaron a cenar: un plato, otro plato… ¡pero si ya no tengo hambre! Un poco de vino por aquí y otro brindis por allá, qué color te ha tocado? Me lo cambias? Más música y algunas sorpresas, los Minions fueron las estrellas del pastel, los Pitufos, Batman, Superman sorprendieron a los amigos.
Un precioso ramo que iluminó la sonrisa de la madrina. Todo hizo que la cena fuera inolvidable. Muchas risas, abrazos, besos y buen ambiente.
Fotografo de boda en Ciudad Real
La pista de baile esperaba con muchas ganas el momento que todos rompieran a bailar y seguir pasándoselo en grande, al lado de la barra libre, llena de chuches, pelucas, luces de colores… Allí cantaron, bailaron, bebieron y rieron. Siguieron las sorpresas, videos inolvidables y muy emotivos hechos con todo el cariño del mundo, imposible que no emocionaran. Y hasta una sartén de migas manchegas que fue visto y no visto ¡Menuda noche, menuda fiesta! Y otro gran momento, el lanzamiento del ramo, preparados, listos….XD
Las horas se pasaron volando y es que pocas veces en la vida te lo pasas tan bien como en esa noche. Te sientes tan querido y feliz. Y así llegó la hora del fin, todos ya un poco cansados se fueron despidiendo. Hubo quien se fue en coche, en bus, no me acuerdo cómo he llegado aquí… Cuando todos se fueron, Juanma y Fran se miraron, sonriendo se abrazaron, y el beso de amor y felicidad retumbó fuerte en sus corazones enraizando fuerte esa nueva familia.
Gracias a todos y a todas porque este día tan especial haya salido perfecto y tengamos un gran recuerdo para siempre. Por ser parte de nuestra gran familia. Gracias! Os queremos!!