JOSE MIGUEL FOTÓGRAFO PERSONAL

Cuando tenía 22 años perdí a mi padre, aun hoy me entristece que se fuera siendo tan joven y sin poder decirle lo que hoy sí sería capaz de hacer. En aquel momento lo viví como un gran alivio, es un sentimiento que nunca pude verbalizar, quizá para no parecer miserable. Ahora soy capaz de darme cuenta de cuánto lo extraño y echo de menos, pero en aquel momento no lo sentía así. Recuerdo su figura exigente, tenía que ser lo que él quería, era de una dureza extrema. Yo era un niño con una gran sensibilidad, desde muy pequeño me sentía diferente a los demás…muchas veces incomprendido y, frente a él, un ser débil que solo podía decepcionarle.

Ha pasado el tiempo y, en este momento, solo puedo sentir agradecimiento por todo lo que hizo por mí y yo no veía, por todo lo que me enseño pero no supe ver. Ahora, en este camino de la vida me acompañan mi madre, mis hermanas, unos sobrinos por los que daría la vida. Doy gracias cada día por tenerlos conmigo.

Es la primera vez que escribo sobre algo tan íntimo, pero me apetecía contarlo. Ya han pasado muchos años y no dejo de ser aquel niño que se inventaba una vida llena de sueños detrás de la cámara. Los cazaba y los plasmaba, los sueños propios y los ajenos. Me siento inmensamente feliz y orgulloso de haber sido elegido por muchos de vosotros para inmortalizar momentos e historias de vuestras vidas.